viernes, 16 de marzo de 2018

Día 5: 02/03/2018 Viernes Visita libre a Nikko

Son las 8:30 salida del hotel para ir a Nikko desde estación de Tokio. Llegamos a la estación de Ueno en 15’ andando. Hacemos uso del Japan Rail de 7 días que viene incluido en el precio del paquete del viaje de Exoticca. Ahora tomaremos por primera vez el tren “bala” Shinkansen que nos llevará a Nikko en una hora. (bueno por primera vez hemos tenido un retraso en el transporte) 
Durante el trayecto andando hasta la estación de tren vemos a muchas personas, que antes de ir a trabajar, van a los distintos santuarios hacer alguna oración a rezar o escriben algunos papelitos con los mejores deseos para pasar el día. 

 
 

Los japoneses son serios pero agradables, no son amigos de tocarse, pero siempre sonríen y hacen reverencias en señal de respeto y están atentos a cualquier necesidad para ayudarte. Por supuesto que si solicitas su servicios se desviven para cualquier cosa que precises.

En la estación de tren de Ueno cogemos el JR que nos lleva a Nikko con un transfer a mitad de camino. Durante el trayecto de ida conocemos a una familia argentina de 5 miembros que lleven 2 semanas por Japón y nos pasan información. A la vuelta una chica argentina que viaja solo nos recomienda visitar el pueblecito de Shirakawago que está a 70 km de Kanazawa que vamos a estar durante los próximos dos días.

 

Llegamos a Nikko y pasamos por información de turismo. Mapa en castellano y hablan perfectamente en inglés. Entendemos lo que nos dicen y vamos andando a los templos budistas y santuarios sintoístas. Aquí se da la unificación de las dos ramas espirituales. Aunque en estos espacios hay mezcla de las distintas religiones.

 

A destacar el lugar elegido rodeado de montañas, cerca del monte Nantai , es un complejo de 15 templos budistas que data el primer templo desde el año 776. Desde entonces ha sido visitado por los budistas y posteriormente por monjes sintoístas.

 

Nikko ha sido un centro de culto sintoísta y budista en la montaña desde hace siglos. A la vez es un parque que se puede visitar pues está lleno de árboles, cedros, cipreses, pinos y otros muchos árboles endémicos. También hay senderos para realizar rutas interesantes y visitar alguna cascada. En este complejo podemos visitar el templo Toshogu, un lugar declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO que está decorado con tallas de madera y pan de oro. 



Sea cual sea la creencia religiosa, en esta tierra de innumerables deidades, los lugares de culto coexisten. Este dicho popular lo expresa mejor que nada: "El japonés nace sintoísta y muere budista."


  
En este sincretismo religioso, los dioses budistas y los sintoístas coexisten. Por ejemplo, los templos budistas muchas veces tienen símbolos sintoístas. Los japoneses le tienen el mismo respeto tanto a Buda como a los kami (deidades sintoístas). En Japón no existe un budismo o un sintoísmo separados, sino más bien una combinación de sus escuelas, rituales y tradicionesEn Nikko encontramos la unificación del arte chino y japonés en la construcción de los edificios. Se puede ver la influencia del budismo en el sintoísmo y viceversa.
 

Así en el templo Rinno-ji hay 3 enormes budas bañados en oro y multitud de estancias para poder meditar. Junto a este templo coexisten otros templos todos dignos de visitar. También visitar los santuarios Taiyuin-byo y Futarasan-jinja.

 
              






Regresamos a Tokio a media tarde en el tren normal y transbordo al Shinkansen con llegada a 1,5 de nuestro hotel. Todavía tenemos para tomar un metro para ir a la zona de Odaiba. Tras atravesar el puente Rainbow en el metro privado llegamos a la zona conquistada al mar y donde hay distintas atracciones para los tokiotas. 
 

Después tiempo para cenar e ir a descansar. Los japoneses les gusta exponer lo que van a comer la gente y hacen de ello un escaparate.

 

Cuando llegamos por la noche al hotel nuestros compañeros de viaje Silvana y Andrés nos dejaron una nota diciendo que se iban a cenar y que nos veríamos al día siguiente para tomar el Shinkansen para Kanazawa. La chica recepcionista nos habló en español y le preguntamos donde había aprendido. Nos dijo que en la universidad de Japón y que quería ir a México o Sudamérica para aprender mejor el idioma. Que por la mañana estaría y hablaríamos.






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